lunes, 26 de septiembre de 2016

Putinsectos.

Desde que decidisteis venir a vivir a Iaioland casi todo son ventajas. CASI todo.

Huelga decir que habéis salido ganando en muchísimo. Principalmente en tiempo. Todo está mucho más cerca, disponéis de mucha más ayuda con los niños, los días os cunden que es un primor y en general, todo son facilidades. Disponéis de tanto tiempo que hasta te vas a permitir el lujo de apuntarte a clases de body combat que no sabes qué es pero suena a tortura medieval y mola.

Pero vivir tan cerca del campo también tiene sus inconvenientes. Y es que aunque haya gente a la que le cueste creérselo, vivir en una gran ciudad tiene sus ventajas.

La más importante es el aire que se respira en las grandes ciudades. Sí sí, el aire. Con su alta concentración en dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y ozono permite la existencia y proliferación del ser humano comunis pero parece que limita la existencia de los putos artrópodos porculeros, as known as putinsectos.

Ha sido instalaros en Iaioland y apadrinar una manada de mosquitos del tamaño de un euro. Han debido de oler vuestra carne fresca urbanita y se han cebado sin piedad con los cinco. Habéis sido víctimas de todo insecto jodíodaoporculo en 15km a la redonda de tu casa. Os han acribillado mosquitos de todo tipo (normal, tigre, león, ornitorrinco…) arañas y moscas. MOSCAS. Las putas moscas de iaioland no son sólo cansinas, MUERDEN las muycabronas... Los gemelos llevan dos meses con sus muslitos marcados de mini mordiscos. Ya sólo te queda darles biberones de citronela.

Aviso: Si vivís en el sur de Cataluña o queréis venir por esta zona, no os preocupéis por los mosquitos que están todos cómodamente instalados en tu casa. Podéis visitar la zona con total seguridad, palabra.

Por no hablar de las arañas, en agosto acabasteis en urgencias por las picadas de araña en uno de tus gemelos. Por lo visto una amorosa mamá araña decidió que el colchón de una de las cunas era el sitio perfecto para mudarse con sus ochocientas diecisiete crías, y tu pichón amanecía cada día peor. 


El peque acabó borracho de cortisona y antihistamínico. Tú tirando las mallas azules y rojas que habías comprado por si empezaba a quedarse enganchado por las paredes y a echar tela de araña por las muñecas :b

Y con las mallas tiraste los colchones y la ropa de cama porque lo pusisteis todo nuevo tras fumigar la habitación. Desde entonces no ha vuelto a haber madre araña okupa, sólo invasión de hormigas.

De hormigas vagas. Porque han debido estar tocándose los cojones a seis patas este verano y ahora todo son prisas y van estresadas. Esta última semana se han vuelto literalmente mongolas por abastecerse en tu despensa, hasta el punto de que te dan pena y lejos de interferir en su trabajo las estás ayudando acercándoles trocitos de pan y terrones de azúcar a la entrada del hormiguero. Desconcertadas las tienes, no saben si adorarte como su a nueva deidad divina o si huir bajo tierra sin mirar atrás. A ver si así acaban antes y desaparecen rápido porque estos días es caer una miga de pan en el suelo y tener un "3 de 10 fm" de hormigas en dos segundos.

"3 de 10 amb folre i manilles"
Igualito pero de hormigas.

En 20 años viviendo en Barcelona nunca viste un mosquito en tu casa, no había huevos de respirar el aire de la ciudad. Y arañas en casa pocas, muy pocas. Moscas sí, pero no mordían y ni de lejos eran tan cansinas, insistentes y provocadoras como las de iaioland; que se posan de nuevo en el mismo punto de tu brazo donde segundos antes casi las aplastas y se frotan las patas delanteras mirándote con cara de “cómeme los huevos”.

Ansiosa estás por descubrir cuál será la siguiente plaga… ¿escarabajos?...¿pulgas?... ¿alacranes? …

Feliz semana desde iaioland :-)








miércoles, 21 de septiembre de 2016

#ElTemaDeLaSemana: Frases o comportamientos heredados.

Tú de tus padres más de los que reconocerías públicamente. Y tus hijos de ti algunos empiezas a ver (no, tú no te metes la mano en los pantalones para después olerte la mano XD).

De tu padre has heredado el rubio, los ojos azules, la facilidad de taco y la neurosis por todo lo que puede salir mal. Y mira que tiene dones y dones maravillosos para heredar donde escoger pero no, te llevaste la neurosis y la facilidad de taco.  Y de tu madre las míticas frases lapidarias. Y sinceramente hubieras preferido heredar su mirada acero negro, esa mirada que cuando te la echaba te meabas encima de puro terror y los geranios marchitaban. Has tratado de echarle esa mirada a Jomío pero te pones bizca y Jomío se descojona.


Y la máxima representación de que eres la versión nórdica de tu madre fue el día que a la petición de Jomío de un poco de coca cola le respondiste ufana e inconsciente: "Ni coca cola, ni coca colo". Enmendar el daño que tamaño desatino le hizo a tu honor de madre y recuperar el respeto de tu estirpe te va a costar más de una sartén de migas.

¡Feliz miércoles!


lunes, 19 de septiembre de 2016

Vida nueva, escuelas nuevas.

La auténtica liberación de la mujer no vino por su inserción en el mundo laboral, sino por la escolarización de los hijos. Bendita sea la escuela AMÉN. Si fuera una escuela de reggeaton cansino, mientras te los tuvieran entretenidos de 9 a 17h te seguiría pareciendo una bendición AMÉN.

La semana pasada por fin arrancaron las clases en iaioland y llevasteis a los niños a sus nuevos colegios, que no son de reggeaton cansino (menos mal).
La escuela de Jomío es la escuela donde fuiste tú toda tu vida y donde tu madre fue maestra durante mil años y es recordada como una institución así que le han recibido con honores, es el “nieto de”.

Y todos los miedos que teníais por si Jomío iba a adaptarse bien a su nueva escuela se disiparon el primer día cuando a la salida salió sonriendo y muy contento. Aunque eso no le libró del correspondiente interrogatorio de padres esquizofrénicos preocupados que parece que hayan enviado a su hijo a Afganistán en lugar de a la escuela:

Tú: ¿Cómo estás?
Jomío: Bien.
Tú: ¿Cómo ha ido?
Jomío: Bien.
Tú: ¿Te lo has pasado bien?
Jomío: Sí.
Tú: ¿Te has comido el bocadillo?
Jomío: Sí.
Tú: Y bueno, cuéntame cosas ¿qué es lo que más te ha gustado de tu nuevo cole?
Jomío: El timbre, suena muy guay.
Tú: Y a parte del timbre que suena guay, ¿qué otra cosa es lo que más te ha gustado del cole?
Jomío: Que desde el patio se ve el Mercadona.

Tu hijo siempre fijándose en las cosas importantes. 
Te rendiste y diste por bueno el arranque del curso.

Tienes que reconocer que a media mañana ejerciste de madre neurótica y te acercaste a la escuela para ver si a lo lejos le veías a la hora del patio. Y cuando dices a lo lejos es porque el patio es grande de cojones. Pero tuviste suerte y le viste más o menos rápido (nota: por la mañana le vestiste con una camiseta muy cantona para facilitarte la tarea de voyeur maternal MUAHAHAHA). Y al identificarle te llevaste dos sorpresas, una buena y una mala. La buena es que estaba jugando con más niños y se le veía feliz. La mala que no paraba de meterse la mano en los pantalones y después se la olía. WTF.

Tuviste que hacer gala de toda tu paciencia para no ponerte a zarandear la verja y a gritar como una energúmena su nombre y blasfemarle en arameo, no era cuestión de estigmatizarlo en su primer día de cole.

Asumido que tenías que tener una charla urgente con él sobre hábitos de higiene te dirigiste a recoger a los gemelos a la guardería que está al otro lado de la calle. Tardaste la friolera de 2 minutos.

El panorama fue el esperando. El vitwingo sociable salió corriendo hacia ti y trató de escalarte mientras daba claras muestras de alegrarse mucho de verte, y el vitwingo digno se quedó dónde estaba, evitando en todo momento el contacto visual con ésta, su verduga, y sin mover un solo músculo. Tuviste que ir tú hasta él y tratar de entablar conversación. Sin éxito por supuesto. Y en el camino de vuelta en casa en coche, mientras el vitwingo sociable te contaba cosas a su manera, el otro iba en silencio y con la mirada perdida en el horizonte por la ventana. Volvió a hacer contacto visual contigo al cabo de 3 horas pero sin atisbo de sonreír. Sigue enfadado y lo sabes. 

Así que en general fue bastante bien, sólo uno de tus tres hijos te ha retirado la palabra.