viernes, 11 de enero de 2013

No dummy: no carrot, no sex.


Misión Chupete-off en ca la Rubia
Misión cumplida, pero con consecuencias. 2 exactamente.

El procedimiento era sencillo: Jomío entregaba al Paje Real el chupete a cambio de “Anaió gaaaaaaan da cotxa McQueen” (avión graaaande de Cars).

Resultado: Se os presentó en casa un Paje Real con TETAS a lomos de un cuadrúpedo negro espectacular. No hubo chupete ni “anaió gaaaan” que valiera. Él sólo tenía ojos para las tetas y el caballo, el caballo y las tetas.

Al grito de “mamelleeeeeees” (tetaaaaas) y “pavaaaaaaall” (caballo) se abalanzó sobre "la" paje como un obseso. Y cuando ésta le pidió el chupete a cambio del avión, Jomío dijo: “Anaió nooo, mamelleeeeeees i pavaaaaall”. 
Vamos, que podíamos ir metiéndonos el avión por el mismísimo ojo de Sauron que él quería las tetas y el caballo.

Intentasteis razonar con él.

404 ERROR: nunca nunca NUNCA intenteis razonar con un mico de 2,8 años, porque en su mundo TODO es viable.
(Aún recuerdas lo lerdos que te parecieron tus padres por no entenderte cuando les razonabas que un león era una mascota más que cojonuda para una niña de 4 años).

Conseguisteis que se conformara con montar, con sobarle un poco las tetas y con que le diera algunas zanahorias al caballo. Pero desde entonces ha iniciado un boicot a todas las zanahorias del planeta y no quiere comerlas porque “són da pavall”.
Consecuencia 1

Al menos conseguesteis que chupete fuera. Pero ahora teneis a Jomío DENTRO.
Dentro de vuestra cama. Toda la noche. TODAS las noches. 

Y si bien es cierto que mueres de amor al verle con sus ricitos durmiendo a tu vera también lo es que te gusta disfrutar de los “otro ricitos” de hombredepacienciainfinita con más asiduidad de la que os está permitiendo el enano desde el deschupete.

Anoche sin ir más lejos acabasteis como dos adolescentes en el baño, con las consecuencias que eso conlleva : agujetas, ciática y bajón de autoestima al ver en el espejo vuestras lorzas darse amor.

Y es que a estas edades donde te da al apretón tontorrón tienes que aplicarte con ahínco como si no existiera un mañana, porque como te entretengas en moverte al salón, muy probablemente por el camino no sólo pierdas la líbido al ver a tu sex-machine caminando como un pingüino con los calzoncillos por los tobillos si no que existe el grandísimo riesgo de que te líes a recoger calcetines por el pasillo o te entretengas poniendo una lavadora. 

Jode, pero es lo que hay: la “madre” que hay en tí le quita terreno a la “rubia”, y lo que antes era un:

“Cariño, quítate los calzoncillos que te voy a hacer una limpieza de sable”

Ahora es un: 

“Cariño, quítate los calzoncillos que voy a poner una lavadora de color”. 

C’est la vie. 



Consecuencia 2

No dummy: no carrot, no sex.